Claves de futuro de la Economía Azul

Málaga, 25 de agosto de 2022.-  Reproducimos íntegramente, por su interés, el artículo publicado por el presidente del Clúster Marítimo-Marino de Andalucía (CMMA), Javier Noriega, en el Anuario Marítimo Español de 2021, el monográfico de referencia del sector editado por TPI, cuya cuarta edición salió a la luz a finales de julio con el título «Claves de futuro de la Economía Azul»:

Nadie duda del enorme atractivo que tiene el turismo en Andalucía y, por ende, en nuestro país, aunque realmente es ya un sector incardinado en coordenadas de excelencia. Aun así, puede aún seguir creciendo, ser más ambicioso y continuar trayendo prosperidad a nuestra tierra. Es una actividad esencial, una industria limpia que aporta muchos puntos al PIB nacional y al autonómico, pero también es cierto que este sector, sobre todo en relación a lo que ha dado en llamarse Turismo Azul, lleva años recorriendo una senda que lo lleve a ser más sostenible, a estar en equilibrio con su entorno. El Turismo Azul se define bajo esos parámetros y es un pilar imprescindible de la Economía Azul como horizonte de prosperidad y empleo, sobre todo para los jóvenes. El Turismo Azul salta la valla de la cerveza y el espeto tradicional, aportando un componente muy importante en innovación. No en vano, podemos recordar el proyecto de la Senda Azul, programa que el Clúster Marítimo-Marino de Andalucía ha impulsado junto a la Diputación de Málaga y otros actores del sector náutico, y que es una apuesta por el respeto al entorno y la sostenibilidad que busca aunar la oferta turística, patrimonial y cultural vinculada al mundo marítimo de la provincia. Se habla ya de impulsar nuevos recursos náuticos y subacuáticos como arrecifes artificiales o bases náuticas.

¿Dónde se halla ese componente de innovación en el Turismo Azul? El Clúster Marítimo-Marino de Andalucía lleva años monitorizando el campo turístico azul y detectamos nuevos casos de buenas prácticas en diferentes regiones marítimas europeas con el fin de traer hasta aquí ese conocimiento. Así, por ejemplo, pueden articularse visitas o rutas costeras y submarinas para conocer el patrimonio sumergido, ya que ello puede ser una gran atracción en este campo, siempre con respeto a la biodiversidad, los ecosistemas y la fauna y la flora marinas. Es Turismo Azul la actividad que realiza, por ejemplo, Costasol Cruceros, una de las empresas del Clúster, consistente en el avistamiento de cetáceos en las aguas del Mar de Alborán usando para ello barcos sostenibles que buscan evitar estresar a estas especies (y que es la única bandera azul que tiene un barco en España); son Turismo Azul las visitas realizadas a las torres vigías de nuestras costas y, también, cómo no, el sol y playa y la actividad restauradora. Muchos nos visitan atraídos por el turismo de toda la vida: el que invita a pasar en las costas andaluzas un tiempo en verano y disfrutar de nuestra gastronomía. Los números así lo dicen: en 2018, Andalucía registró un total de 30,62 millones de turistas, un 2,9% más que en el ejercicio inmediatamente anterior, según la Encuesta de Coyuntura Turística de Andalucía (ECTA).

El modelo de desarrollo apto para cualquier sociedad, y el que nosotros aplicamos en el Clúster Marítimo de Andalucía (CMMA), es de la quíntuple hélice, un paradigma de gestión que se basa en la transferencia de conocimiento y el compartir experiencias de éxito entre el sector privado, la gobernanza, las instituciones dedicadas a la investigación y generar conocimiento como la universidad, el tercer sector, vital hoy en el seno de la Economía Azul con el fin de impulsar la sostenibilidad, y los medios de comunicación. Hoy, más que nunca, se pone de manifiesto que este esquema de crecimiento puede contribuir a multiplicar las posibilidades de futuro de la Economía Azul y, por ende, el futuro de nuestros jóvenes, ofreciéndoles un horizonte de empleo estable y altamente cualificado.

Otro de los retos que nos queda en la Economía Azul dentro del marco regional es lograr la construcción de un parque tecnológico marítimo-marino, con el fin de poder efectuar ensayos científicos e innovadores que permitan aplicar los avances allí registrados y constatados empíricamente en los doce subsectores de la Economía Azul andaluza, de forma que los investigadores puedan contar con los materiales y el sostenimiento económico necesario para convertir estas actividades en un horizonte laboral y de riqueza económica para la región. Hablamos de sectores como la eólica marina y otras energías renovables y limpias, el Turismo Azul, las actividades en puertos industriales y deportivos, la náutica, la pesca y la acuicultura, la construcción naval o la biotecnología. En el CMMA, sin duda, #vivimoselmar.

(Nota anexa: la fotografía de portada es de Sergio Lanzas Olea).

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